Tengo en mis manos
un capullo tierno;
es la esperanza
en mis ojos
jirones de cielo
son todos mis sueños
en mi boca la miel
es el amor que la endulza.
Miro el pájaro que vuela
es la serenidad
que me acompaña
la brisa suave,
es el deseo
de llegar al lugar
donde seguro
encontraré sosiego.
La noche se asemeja
a una gran dama
que me invita a seguirla
es la luna, su blanca compañía,
la que seguramente guiará
mis pasos tronchados de estrellas
que marcan mi destino.
Soy sombra de mi misma
espíritu sensible,
capítulo de un libro
estrofa de baladas
melodías antiguas, de aquellas
de otros tiempos
soy río torrentoso
y arroyo cristalino
de montaña...
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