Naciste como capullo de una rosa perfumada
ternura plena y perfecta que se calaba en mi alma.
Soñé contigo mil veces, siempre quise fueras niña
y llegaste una mañana de un noviembre bendecido.
Hace tres años que estás junto a mi por muchas horas
abuela y nieta , las dos , que ya casi somos una.
Aunque me pese en el cuerpo , jamás me pesa en mi ser
eres luz para mis ojos, eres ráfaga de brisa, sol, agua y amanecer.
Por eso es , pequeña mía, que Dios quiso que vinieras
para alegrarle la vida a quien te adora de veras.