LOBOS

En las noches en que los lobos

aullaban a la luna

también aullaba yo, pero en silencio.

Un aullido muy quedo,por el amor

que fue tan solo mío.

Cuando la manada empredía su viaje

silencioso, respetando los tiempos

también sus jerarquías, mi alma era una loba

callada, mansa y tierna buscando una guarida.

Una guarida en que habitaba un lobo solitario

con sus ojos de fuego pero que se hacían mansos

solo que no quería a esa loba perdida

seguía su destino , sin aullarle a la luna.

Esta loba siguió siempre las huellas

cansada por momentos alejándose a veces

dejándole el espacio a ese lobo, que inquieto

no encontraba el camino.

Pasaron muchas lunas, también pasó

la vida y el lobo solitario encontró su camino

todo estaba ya dicho,con sus ojos de fuego

por fin miró a quien fuera su eterna compañía.

Hoy son dos "solitarios" en las noches muy frías

pero un alma muy tibia aún le da cariño

al lobo envejecido, los dos al fin "se vieron"

en la luna encendida......