Vuelvo otra vez a cometer el mismo error
sabiendo que me puede destruir,
los hilos se manejan desde afuera
pero pueden hacerme sucumbir.
De nuevo introduje mi cabeza
en las oscuras aguas de un estanque
no tuve la fuerza necesaria,
para poder decir adiós
sin inmutarme.
Quiero la libertad, que lleva lejos
las alas desplegadas al infinito
ser dueña de mi misma y de mi vida
dejar de pretender alguna cosa.
Tonta de mi, que siempre recurrente
me voy dejando ir con la corriente
mientras mi corazón llora y se siente
con esa soledad que no resiste.
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