De pronto está el silencio
es que el viento ha partido
se alejó de repente
mezclado entre las nubes.
La ventana aquella
que tanto se azotaba
apenas balancea
su chapa desgastada.
No se siente la furia
de ráfagas sedientas
de arrastrar, cerca suyo
lo que mejor le sienta.
Las ramas de los árboles
desnudos, del invierno
cayeron de repente
ya casi, sin consuelo.
El cochecito rojo
que recibe a mi niña
parecía marioneta
danzando en el pasillo.
Ha llegado la noche
la calma, ya se acerca
apenas si se mueve
la rosa de los vientos..
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