No puedo seguirte camino bello
solo mirar como si fuera
a aparecer quizás el que se ama.
Debo seguir plantada cual un árbol
en el mismo lugar hasta que parta.
Como no tengo alas, ni volar puedo
para quizás sentir que he de alcanzarlo.
Entonces la que se escapa rauda
es el alma perdida, perturbada
cansada de fracasos y tristezas.
Se va sin mi permiso, la insolente
dejándome vacía por un rato.
De pronto siento que me lleva
se ve que le da lástima mi pena
entonces junto a ella, me acerco
hacia el lugar exacto en que he de verle.
Allí, sobrevolando,recojo la promesa
de unos ojos que miran y dejan que los bese
recorro su contorno, retengo en mi sus manos
el borde de sus labios, su mirada
...que siempre está en letargo.
Después regresa el alma
me lleva de la mano y penetra
suavemente por entre mis suspiros.
Ya está, llega la calma, mientras
miro el camino... ese que siempre llama.
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